Cristiano Ronaldo y Messi han hecho que desnaturalicemos algunos logros en el mundo del fútbol en los últimos años. Aunque sus números bajen tímidamente con el paso del tiempo, su dominio es y ha sido tal que meter 60 goles por temporada, tres tantos (o más) por partido o acumular Balones de Oro en sus vitrinas como si fueran objetos de coleccionista, hace que nos parezca un poco menos sorprendente que un futbolista marque un hat-trick o que un delantero alcance el trofeo de máximo goleador con 25 goles. Antes de que el astro portugués y la estrella argentina comenzasen su endiablada carrera por ver quién levantaba más balones de oro, no era tan habitual que un futbolista acumulase más de un entorchado a no ser que apareciese en escena un Cruyff, un Platini, un Van Basten o un Ronaldo. Como si fuera el Óscar, del Balón de Oro siempre se ha criticado su falta de objetividad, pero al igual que el cinematográfico galardón, otorga una inequívoca aura a quien lo consigue. Raymond Kopa fue, en 1958, uno de los primeros futbolistas en ganar el dorado trofeo que premiaba al mejor jugador de Europa. Hoy, el que fuera jugador del Real Madrid ha fallecido a los 85 años dejando tras de sí una dilatada carrera que lo convirtió en uno de los mejores futbolistas del siglo XX.

De origen polaco, Raymond Kopaszewski, conocido futbolísticamente como Kopa, comenzó a ser conocido en el continente vistiendo la camiseta del Stade Reims, entonces puntero del fútbol francés y uno de los mejores equipos de Europa. Les rouges et blancs sólo tuvieron un problema para trasladar a la Copa de Europa sus éxitos en Francia, donde ganaron cinco ligas en diez años: se cruzaron con el Real Madrid. En 1956 ambos equipos se enfrentaron en París en la primera final del torneo, y el equipo de José Villalonga derrotó al Stade Reims con dos goles de Rial, uno de Di Stefano y otro de Marquitos, con los que superaron los tres que marcaría el equipo de Kopa. Tras aquella final, el menudo jugador galo ficharía por el Real Madrid para completar un quinteto histórico junto a Di Stefano, Gento, Rial y Puskas, una delantera que haría historia y auparía al conjunto presidido por Bernabéu a ser reconocido como el mejor equipo del siglo XX.

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Kopa hubo de adaptarse a un nuevo rol en el Real Madrid, pues debido a que Di Stefano dirigía las operaciones tuvo que buscar acomodo en la banda derecha, algo a lo que se adaptó sin problemas gracias a sus características, que incluían la velocidad y el regate. Uno de sus rasgos más conocidos era, además, su capacidad para “esconder” el balón cuando el partido lo requería.

Tres años permaneció en Chamartín que dieron mucho de sí: en ese tiempo ganó tres Copas de Europa y dos ligas, contribuyendo a hacer aún más grande a aquel legendario equipo. En una de esas finales se repetiría el duelo entre Real Madrid y Stade Reims: era 1959 y esta vez Kopa vestía la camiseta del conjunto madridista. De nuevo ganó el Real Madrid, esta vez por 2-0 con tantos de Mateos y Di Stefano. Kopa se convirtió en el futbolista que más asistencias ha dado en las finales del máximo torneo continental de clubes.

Mejor jugador del Mundial

Aquel era el Stade Reims de Just Fontaine, el mítico delantero francés con el que un año antes, en 1958, Kopa disputó el Mundial de Suecia con la selección francesa. Fue el Mundial en el que el delantero galo marcó la friolera de 13 goles, y es que Francia contaba con un gran equipo pero se topó en semifinales con un combinado con letras mayúsculas en la historia del fútbol: la selección brasileña de Pelé, Didí, Garrincha, Vavá… Suecia, anfitriona y que también contaba con una gran generación, tampoco pudo derrotar en la final a la canarinha, que se proclamó campeona. Fontaine fue evidentemente el máximo goleador, y Kopa fue elegido mejor jugador del torneo, ambos representantes de una Francia que alcanzó el tercer puesto tras vencer a Alemania en la final de consolación.

El Mundial fue clave en la votación por el Balón de Oro en aquel año. En las dos anteriores ediciones, las primeras que se celebraban, Kopa fue Balón de Bronce ganando el primero Stanley Matthews y Di Stefano el segundo. Tras haber sido elegido mejor jugador del Mundial, desempeñado un buen papel con Francia y ganado aquella temporada liga y Copa de Europa con el Real Madrid, Kopa fue elegido, en una época de grandes mitos, el mejor jugador del continente por delante del alemán Helmut Rahn (conocido principalmente por haber sido el autor del gol que dio a Alemania la victoria sobre Hungría en aquella histórica final del Mundial de 1954) y Fontaine. En aquella lista también estaba su compañero Francisco Gento, Lev Yashin o varios representantes de la selección sueca como Liedholm y Gren, dos de los integrantes del Gre-No-Li del Milan, y Kurt Hamrin, que también haría historia en el Calcio principalmente con la Fiorentina. No había ningún jugador de la Brasil campeona ya que entonces era un premio exclusivo para jugadores europeos.

Evidentemente el Real Madrid quería seguir contando con sus servicios, pero tras tres años, el fransuá, como se le conocía cariñosamente en el equipo, regresó a Francia por motivos familiares para volver a vestir la camiseta del Stade Reims, donde permanecería otros ochos años volviendo a levantar dos títulos de liga.

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El pasado verano, conmemorando el 60º aniversario del duelo entre Real Madrid y Stade Reims, el club francés fue invitado a disputar el Trofeo Bernabéu, y Raymond Kopa recibió el homenaje del club como una figura clave en aquellos históricos duelos. Más recientemente pisó también el césped cuando el estadio celebró el cuarto Balón de Oro de Cristiano Ronaldo, aprovechando el club para reunir a todos los jugadores que lo habían logrado con la camiseta blanca. Fue recordado y homenajeado en vida, como también lo será ahora. Descanse en paz.

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Gabriel Caballero

Periodista
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