Los caminos de Pinilla

Mauricio-Pinilla-Cagliari-

No sé si le recordaréis: hace ya nueve años llegó a Vigo cedido por el Inter para defender la camiseta del Celta y formar parte de la liga española, tenía 20 años y era una de las grandes promesas del fútbol sudamericano. Poco podía imaginar entonces el delantero chileno Mauricio Pinilla que comenzaba todo un lustro de sinsabores, tumbos, idas y venidas. Goles, pocos. Ayer, en cambio, ha sido uno de los grandes protagonistas de la Serie A al marcar dos goles, casualmente (destino caprichoso) al Inter, y así ayudar al Cagliari a dar un paso de gigante hacia la permanencia y ahondar de paso un poco más en la nefasta temporada nerazzurra. En el camino hasta el día de hoy, a Pinigol le ha pasado de todo un poco.

Con 18 años asombró a todo el continente sudamericano vistiendo la camiseta de Universidad de Chile, marcando una veintena de goles y mostrándose como un delantero potente y de certero remate. Los grandes de Europa se interesaron por él y fue el Inter de Moratti quien adquirió la mitad de su pase apadrinado por su compatriota Zamorano. Supongo que nadie imaginaba entonces que Pinilla jamás debutaría oficialmente con la camiseta del club milanés. La otra mitad fue adquirida por el Chievo Verona cuya camiseta fue la primera que vistió en el Viejo Continente, pero apenas jugó y poco más lo hizo después en Balaídos, a pesar de un gran debut en Copa en el que marcó dos goles al Alavés.

Algo mejor le fue en el Sporting de Portugal, pero poco más. Algún Hat-Trick y algún gol importante en la Copa de la UEFA, pero de nuevo el rendimiento no fue el esperado: las lesiones y su irregular rutina fuera de los terrenos de juego eran su lastre. De nuevo salió cedido y regresó a España para jugar en el Racing, donde sólo marcó un gol de penalti. Recuerdo que su fichaje causó ilusión entre la hinchada verdiblanca, pero lo poco que le quedaba de estrella en ciernes se lo dejó en Santander. La siguiente cesión fue al Hearts escocés antes de regresar a Universidad de Chile con la intención de relanzar su carrera allá donde empezó, pero ni siquiera en casa funcionaron las cosas, siendo incluso apartado del equipo.

Volvió al Hearts, donde le quisieron hacer un contrato a la baja además de imponerle una guardia que le vigilara las 24 horas en su alimentación y conducta, a lo que el chileno se negó forzando su salida con destino al Vasco da Gama para después fichar por el Apollon chipriota. En ninguno de estos equipos dio señales de poder ser siquiera una parte de ese jugador que apuntaba en sus inicios. Con 25 años y tras recorrer medio mundo la carrera de Pinilla parecía sentenciada, pero al Pistolero aún le quedaba algún cartucho en la recámara: viajó a Italia en 2009 para hacerse un hueco en la Serie B y fichar por el Brescia, sin embargo fue finalmente contratado por el Grosseto y en el club de la Toscana encontró la redención.

En la segunda categoría del fútbol transalpino recuperó la confianza y los goles, marcando 24 tantos en el mismo número de partidos y permitiéndose incluso el lujo de arrebatar un récord a Batistuta, quien permaneció en la Fiorentina cuando ésta descendió en 1994 y marcó durante once jornadas consecutivas. Pinilla lo hizo en doce. Su buen hacer animó al Palermo a hacerse con su fichaje y no lo hizo nada mal en Sicilia, volviendo incluso a la selección cuatro años después, pero el difícil año que vivió el club la pasada temporada propició su traspaso al Cagliari, y como rossoblu, aunque intermitentemente, está dejando buenas actuaciones. El pasado mes de marzo un doblete suyo sirvió para derrotar a la Fiorentina, y ayer otro par de goles más han derrotado al tambaleante Inter de Stramaccioni.

Pinilla es uno de esos jugadores a los que habías perdido la pista y pasado un tiempo vuelves a saber de ellos, y piensas: “¿pero sigue por ahí? ¿Cuántos años tiene?” El chileno sólo tiene 29 años, pero ya fue hace casi una década cuando aterrizó en nuestra liga. Ha vestido en total once camisetas, y entre ellas no se encuentra la del Inter, aquel equipo que le fichó en su día y al que ayer marcó dos goles. Los caminos del fútbol son inescrutables.

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Gabriel Caballero

Periodista
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