José Mourinho sabe lo que necesita para mejorar al Chelsea, y Román Abramóvich está dispuesto a dárselo. Tres semanas después de hacerse oficial la incorporación de Cesc Fábregas, el conjunto londinense ha anunciado el fichaje de Diego Costa. Lo hace abonando al Atlético de Madrid en concepto de traspaso el importe de la claúsula de rescisión, que ascendía a 38 millones de euros.
Ya se intuía desde hace varios meses que Diego Costa haría las maletas con Stamford Bridge como destino. Desde que acabó la Liga, él no ha escondido el interés. Y mucho antes, Mourinho ya había apuntado en varias ocasiones que un delantero de primer nivel estaba prácticamente cerrado de cara a la temporada 2014/2015.
Con la llegada del internacional español, Mourinho refuerza una de las posiciones más frágiles de su equipo. Diego Costa firmó la temporada pasada 36 goles. Si sumamos los logrados por Fernando Torres, Samuel Eto’o y Demba Ba, alcanzamos un total de 31. Una estadística que habla por sí sóla. Todo parece indicar que Diego Costa tendrá que disputarse el puesto de titular con el propio Torres. De hecho, hoy mismo el Chelsea se despedía de Eto’o, después de que se consumiera el contrato del camerunés.
El enorme crecimiento de Diego Costa en los últimos años, totalmente asentado durante esta temporada con sus escandalosas cifras para el Atlético de Madrid que le dieron el título de Liga, han convertido al de Lagarto en uno de los delanteros de moda del fútbol europeo. El Chelsea no sólo se hace con un delantero de primer nivel y de sólo 25 años, sino que encuentra a una pieza que promete ser clave en el esquema de Mourinho. Por todos es sabido cómo le gusta jugar al conjunto blue, y ahí el delantero hispano-brasileño encaja a la perfección por su capacidad de lucha y sacrificio, su juego de espaldas, su potencia en carrera y su olfato goleador. Es muy posible que el Chelsea de Mourinho siga levantando muchas críticas por su estilo de juego, pero lo que está claro es que será una de las mejores plantillas de Europa.
