Tras la vorágine de las semifinales de la Liga de Campeones, en la que los clubes españoles se han llevado un importante correctivo, quiero compartir con los lectores de Notas del Fútbol que aún no hayan tenido la ocasión de verlo, el último programa de Fiebre Maldini.
Fiebre Maldini es uno de los mejores programas sobre fútbol de la televisión actual. Un punto de reunión para los amantes del fútbol que, al menos durante hora y media, no entienden de colores. Una válvula de escape que además sirve para aprender no sólo de lo que pasa en otras ligas, sino de lo que ha ocurrido en la historia de este deporte. Todo esto ya es motivo más que de sobra para ver el programa, pero si además cuentan con Ronaldo como invitado especial, la visualización es obligatoria.
No soy objetivo con Ronaldo. De los futbolistas que he llegado a ver en directo, siempre ha sido mi favorito. No tenía la elegancia de Zidane, ni la magia de Ronaldinho o la regularidad de Messi, pero no creo que vuelva a ver nunca a un futbolista que conjugue tan a la perfección potencia y efectividad. Teniendo en cuenta que ya está considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia, ¿hasta dónde podría haber llegado si las lesiones no se hubieran cebado con él?
Su presencia en Fiebre Maldini fue un placer. Hora y media que se pasa volando mientras repasa con asombro imágenes de toda su carrera. Desde las que todos hemos visto como el gol al Compostela, la ovación de Old Trafford o sus goles en el Mundial 2002, hasta otras más desconocidas como las de su etapa en el Cruzeiro, antes de dar el salto a Europa.
Ronaldo nos deja muchos datos interesantes: Que su mejor pareja en el ataque fue Luc Nilis, su compañero en el PSV. Que los mejores pasadores que tuvo fueron De la Peña y Guti. Que nadie le ha marcado nunca como Paolo Maldini, o que su mejor temporada fue la del FC Barcelona. Pero no os quiero destripar más titulares. Lo mejor será que os pongáis cómodos, y disfrutéis de la historia futbolística de El Fenómeno, comentada por él en primera persona. Un lujo.
