El Atlético puso los cubiertos, el Barcelona un final agónico y la cuenta corrió a cargo de Saúl y Luis Suárez. Ambos fueron los autores de dos goles en diferentes mitades, en cada parte de un partido que ofreció cosas distintas en sus dos actos. Las posesiones largas y poco fructíferas del Barcelona en la primera mitad dejaron paso a un dominio inexcusable en la segunda, mientras el Atlético inquisitivo del primer tiempo se convirtió, con 1-0 en el marcador, en el equipo especulativo de la segunda, confiado en mantener una ventaja que duró hasta el minuto 81, cuando Luis Suárez se coló entre los zagueros rojiblancos para cabecear a la red un gol que tardaba en llegar. No paró ahí la ofensiva azulgrana, pero el partido se le quedó corto para la remontada: el 1-1 final supone su primera pérdida de puntos de la temporada ante un Atlético que vio de cerca la victoria pero que, visto lo visto, dio por bueno el punto logrado.

Messi
saltó al césped del Metropolitano con ganas de dejar su sello en el nuevo templo rojiblanco, con la intención de extender en el tiempo la reciente gesta en las alturas de Quito. Apenas veinte segundos tardó en meter el miedo en el cuerpo a la hinchada atlética, arrancando desde la derecha, apoyándose en Luis Suárez y llegando trastabillado a los dominios de Oblak tras cruzarse con la defensa rival, saliendo finalmente el balón por la línea de fondo.

Fue un espejismo para los de Valverde: el peligro estaría después del lado local, quien se aprovechó de las pérdidas del Barcelona en la salida del balón para encarar a velocidad de vértigo la portería rival, lanzado principalmente por un Griezmann que no perdía detalle. Primero, un disparo suyo se encontró con una estupenda mano de Ter Stegen. Después, tras dejar sentado a Piqué con caño incluido, se topó de nuevo con el portero en el uno contra uno. El guardameta germano se hizo gigante en los primeros compases de partido, pero a la tercera fue la vencida: Saúl recibió el balón fuera del área, y acostumbrado como está a los goles de bella factura en fechas señaladas, no faltó a la cita con un derechazo que se coló en la portería azulgrana.

Al Barcelona no le servían de mucho las largas posesiones en las que cercaba el perímetro rojiblanco sin encontrar la profundidad deseada. La apuesta de Valverde de ubicar a André Gomes en la derecha no dio sus frutos, y el portugués estuvo discreto una vez más. Pero la segunda parte vio un partido distinto, con un Atlético sin colmillo y un Barcelona con mordiente, que vio por fin a Oblak de cerca. Primero Suárez obligó al portero esloveno a despejar un disparo suyo, después Messi envió una falta al poste, y fue el propio jugador argentino el que falló poco después una de esas ocasiones que rara vez falla, cuando sin apenas oposición disparó desde el borde del área lanzando fuera el balón.

El Barcelona había mejorado con la entrada de Deulofeu y Sergi Roberto, y el Atlético no podía hacer más que agazaparse y achicar agua. Luis Suárez, que no había firmado un buen primer tiempo, continuó acechando la meta de Oblak hasta marcar el gol azulgrana de cabeza a centro de Sergi Roberto desde la derecha. Poco después estuvo a punto de culminar la remontada, pero no llegó por centímetros al pase de André Gomes.

Ya en el descuento, el partido terminaría con una falta de Messi en la misma frontal del área tras una pérdida evitable de Griezmann, que el francés quiso compensar cometiendo una peligrosa falta. Pero esta vez el argentino lanzó manso a las manos de Oblak, y ahí murió el partido, con un punto para cada uno que puede saber a poco o no según cómo se mire: a punto estuvo el Barcelona de lograr los tres, pero no fue hasta el 81 que logró derribar el muro rojiblanco.

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Gabriel Caballero

Periodista
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