Bacca deja al Madrid temblando

Mientras escribo esta entrada sobre la victoria del Sevilla por 2-1 ante el Real Madrid, escucho de fondo tertulias televisivas y radiofónicas que centran la conversación en la portería del conjunto blanco. Se busca el debate morboso y provocador, pero a pesar del discreto rendimiento de Diego López en los últimos partidos -tiene parte de responsabilidad en el segundo gol de Bacca-, es ridículo culparle a él de los males de su equipo.

El Real Madrid ha visto como en tres días, ha pasado de prácticamente encarrilar la Liga a que su candidatura penda de un hilo. No se puede descartar a nadie aún, y menos en este campeonato de tantos altibajos que entra ahora en su etapa más dura. Pero lo cierto es que tras la derrota ante el FC Barcelona y la de esta noche en Sevilla, se ve tercero y a más de un partido del liderato.

El partido del Sánchez Pinzjuán estaba señalado en el calendario como una de las grandes finales que le esperaban de aquí a final de Liga. Y supo afrontar el encuentro con la intensidad necesaria. Sus primeros quince minutos parecían indicar que no quedaban secuelas mentales de la dura derrota en el Bernabéu a manos de Messi. Con un Illarramendi que ordenaba a su equipo con la inteligencia que le caracteriza, y un Benzema que otorgaba todas las opciones en ataque con sus movimientos. El Madrid recuperaba ese estilo de juego sosegado y maduro que dejó de lado ante el Barça, y encontraba ocasiones con fluidez, sobre todo a la espalda de la zaga sevillista.

El 1-1 al descanso no evidenciaba lo visto sobre el terreno de juego. El Madrid dominaba, atacaba con paciencia y no daba opciones a su rival, que vista la situación prefirió encerrarse atrás y resistir el empuje madridista con Fazio y Beto erigiéndose como protagonistas. Protagonistas en defensa, porque en el ataque brillaba Carlos Bacca. El delantero colombiano, con la colaboración de Reyes, castigó al contragolpe un gran error de Xabi Alonso, que perdió un balón vital mientras casi todos sus compañeros esperaban en el área sevillista tras la salida de un corner.

Pero todo lo bueno que dejó el Madrid en la primera parte -no en el resultado, pero sí en el juego- se esfumó en el segundo período. El Sevilla centró sus esfuerzos en la zona central y retrasó sus líneas, y el Madrid se cortocircuitó a la hora de crear ocasiones claras. Solo Marcelo era capaz de penetrar por el perfil izquierdo, pero no supo resolver sus ocasiones.

Cuando la semana pasada analizábamos los ocho candidatos a ganar la Liga de Campeones 2013/2014, sobre el Real Madrid decíamos que iba a ser muy importante su capacidad para controlar las emociones. Algo que le había pasado factura claramente en sus últimas eliminaciones en Champions. Esta noche ha demostrado que sigue siendo una asignatura pendiente, porque a medida que pasaban los minutos, menos criterio tenía su fútbol. Con un Sevilla que regalaba las bandas, el conjunto visitante no supo aprovecharlo a pesar de tener en ellas a dos puñales como Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. El Madrid estaba nervioso. Era consciente de que se le estaba escapando la Liga, y no sabía pensar con claridad y calma.

Y de repente, en una jugada aislada, un gesto técnico de Rakitic que denota una calidad colosal deja en evidencia a Pepe. El croata sirve de nuevo a Bacca que define ante la mirada de Varane -qué lejos está del nivel que mostraba antes de la grave lesión- y la frágil intervención de Diego López. El delantero sevillista se ha consagrado esta noche como uno de los mejores fichajes de la temporada. Le ha bastado recibir dos balones para destrozarle media Liga al Real Madrid.

Aún le quedaban 15 minutos al Madrid para, al menos, lograr un punto que le dejara a tiro del liderato, pero no hubo reacción de ningún tipo. Ni siquiera en el banquillo, y esa es una de las cosas que más se le pueden achacar a Ancelotti. Al técnico italiano le cuesta hacer cambios -no es cosa de hoy solamente-, y la segunda parte de esta noche pedía retoques a gritos. La entrada de Isco no tuvo peso, y a Morata no le dio la oportunidad hasta el minuto 89.

Al Sevilla, seis victorias consecutivas le han llevado contra todo pronóstico a meterse de lleno en la lucha por la cuarta plaza que da derecho a jugar la Champions. En el Madrid, dos derrotas seguidas le arrebatan el liderato para quedarse titubeando en sus aspiraciones al título. Puede sonar ventajista, pero… ¿solo yo he echado de menos a Arbeloa y Khedira en estos partidos?

Sobre el autor Ver todos los posts

Daniel Iglesias

Tu Fe Nunca Decaiga